4.1. Oportunidades de intercambio educativo y cultural ofrecidas a través de los programas Erasmus+
Intercambios juveniles Erasmus+
Los intercambios juveniles (KA152-YOU) permiten que jóvenes de al menos dos países diferentes se reúnan durante un cierto período de tiempo en torno a un tema de interés mutuo y aprendan sobre las culturas de los demás. Durante un Intercambio Juvenil, los participantes, apoyados por los líderes del grupo, realizan conjuntamente un programa de actividades a través de talleres, debates, simulaciones, etc., diseñado y preparado por ellos antes del intercambio.
Utilizan métodos de Educación Informal y No Formal (no formal-no estructurada), y aprenden una materia de forma interactiva.
Los intercambios juveniles permiten a los jóvenes mejorar sus competencias, adquirir conciencia sobre cuestiones/áreas temáticas socialmente relevantes, descubrir nuevas culturas, hábitos y estilos de vida, especialmente a través del aprendizaje entre pares, y fortalecer valores como la solidaridad, la democracia y la amistad. Dentro del alcance de este programa, los jóvenes pueden participar en proyectos en el extranjero, así como llevar a cabo proyectos internacionales en Turquía.
Un curso de formación Erasmus+ es un programa internacional que se centra en el intercambio de ideas para encontrar una solución a un problema específico y ofrece orientación innovadora a los participantes.
Los cursos de formación ayudan a los participantes a crear conciencia y sensibilización sobre los temas tratados. Además, al proporcionar perspectivas nuevas y diferentes, contribuye a formar ciudadanos más orientados a la búsqueda de soluciones y de pensamiento universal al final del programa. Permite a los participantes presentar sus propios proyectos en un entorno internacional y lograr mejores resultados compartiendo diferentes ideas. Al apoyar el desarrollo personal de las personas, éstas pueden alcanzar mayor éxito en la vida empresarial.
Estos cursos están abiertos a todas las personas mayores de 18 años. Sin embargo, en algunos proyectos, es posible que se requiera que los participantes tengan un cierto nivel de idioma extranjero o se puede esperar que estén estrechamente relacionados con el tema del proyecto en su vida diaria. La duración del programa es de 5 a 21 días.
4.2. Cómo los jóvenes romaníes pueden adquirir nuevas habilidades a través de estos programas
Habilidades lingüísticas
Los jóvenes romaníes que participan en los programas mencionados anteriormente pueden aprender nuevos idiomas o mejorar sus habilidades lingüísticas existentes estudiando o realizando prácticas en el extranjero. El aprendizaje de idiomas no sólo facilita la comunicación diaria, sino que también permite a las personas comprender las diferencias culturales y comunicarse más eficazmente a nivel internacional. Las habilidades lingüísticas aumentan las oportunidades laborales y de formación, lo que permite a los participantes ser más competitivos en el mercado laboral internacional. Por ejemplo, los jóvenes que adquieren competencia en un idioma ampliamente utilizado como el inglés pueden tener la oportunidad de trabajar en empresas multinacionales o participar en programas académicos internacionales.
Comunicación intercultural
Ofrece a los jóvenes romaníes la oportunidad de interactuar con diferentes culturas y desarrollar habilidades de comunicación intercultural. Estudiar o trabajar en diferentes países ayuda a reforzar valores como la tolerancia, la comprensión y el respeto. Las habilidades de comunicación intercultural permiten a los jóvenes romaníes convertirse en ciudadanos globales y contribuir a su desarrollo como individuos internacionalmente activos. Estas habilidades también pueden ayudar a aumentar la diversidad y la inclusión dentro de las comunidades romaníes y fortalecer el diálogo entre comunidades.
Formación profesional
Los programas de prácticas y formación profesional Erasmus+ permiten a los jóvenes gitanos adquirir las habilidades prácticas y la experiencia laboral necesarias en el mundo laboral. Estos programas permiten a los jóvenes especializarse en un campo específico y adquirir competencias demandadas en el mercado laboral. Por ejemplo, los jóvenes que tienen la oportunidad de realizar prácticas en áreas como tecnologías de la información, ingeniería, turismo o atención sanitaria aumentan sus posibilidades de hacer carrera en estos sectores. Las aptitudes profesionales y la experiencia laboral aumentan la empleabilidad de los participantes y contribuyen significativamente a su desarrollo profesional.
Habilidades académicas y de investigación
Los jóvenes romaníes que participan en programas de educación superior pueden desarrollar sus habilidades de investigación a través de estudios académicos en diferentes sistemas educativos. Estudiar en diferentes universidades ofrece a los participantes la oportunidad de adquirir conocimientos profundos en diversas disciplinas académicas y realizar proyectos de investigación. Esto les permite mejorar sus logros académicos y continuar con su educación. Las habilidades de investigación también ayudan a los participantes a desarrollar el pensamiento crítico y las competencias analíticas, que son de gran importancia en la vida académica y profesional.
Habilidades sociales y personales
Los programas de intercambio juvenil permiten a los jóvenes romaníes desarrollar habilidades sociales y personales como el trabajo en equipo, el liderazgo, la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Estos programas permiten a los jóvenes reforzar sus habilidades sociales trabajando con pares de diferentes culturas. Habilidades como el trabajo en equipo y el liderazgo ayudan a los participantes a tener éxito tanto en su vida personal como profesional. Las habilidades de resolución de problemas y pensamiento crítico permiten a los jóvenes afrontar los desafíos que enfrentan y desarrollar soluciones innovadoras.
Valores europeos y conciencia ciudadana
Los programas de intercambio cultural aumentan la conciencia sobre los valores europeos y la ciudadanía activa. A través de estos programas, los jóvenes romaníes aprenden valores como la participación democrática, los derechos humanos y la justicia social y los ponen en práctica en su vida diaria. Los valores fundamentales de la Unión Europea de respeto a los derechos humanos, la democracia, la igualdad y el Estado de derecho contribuyen al desarrollo individual y social de los jóvenes. Estos valores permiten a los jóvenes romaníes convertirse en personas más activas y concienciadas en la sociedad.
